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miércoles, 17 de febrero de 2010

Ideas Innovadoras-Dificultades con que se tropieza para lograr que una Buena Idea sea adoptada por los demás

En su libro “How to get your ideas adopted (and change the world) Anne Miller explica las dificultades con que se tropieza para lograr que una buena idea sea adoptada por los demás.
Analiza las etapas de la resistencia y dice que mucho depende del arte para exponerlas. Aunque la necesidad de creatividad y de cambio es ahora más importante que nunca, los innovadores siempre tropiezan con dificultades para que se acepten sus ideas, aunque lo que propongan pueda mejorar el negocio.

Toda idea nueva debe atravesar por cuatro etapas de resistencia, y cuanto más importante o más creativa sea, más resistencia provocará. Las etapas son bien diferentes entre sí, de modo que requieren tácticas para superarlas, especialmente la 1,2 y 4, que suelen ser ignoradas.
Etapa 1. En la primera etapa de resistencia, la gente literalmente no ve la idea porque está prestando atención a cosas que parecen más importantes; entonces, todo lo que no parece relevante es ignorado.
Cuando la gente está en esta etapa, una crisis puede ser realmente útil porque abre los ojos de la gente a la necesidad de cambio.

Etapa 2.
En la segunda etapa de resistencia, la gente está consciente de la necesidad de cambio o de la idea propuesta, pero no está lo suficientemente motivada para actuar, entonces pone todo tipo de excusas, como “es demasiado arriesgado” o “no es prioritario”. Este etapa es frustrante y un innovfador puede perder mucho tiempo tratando de despejar todas las preocupaciones. Luego le pondrán otras.
La gente se muestra helada ante la idea porque teme que, los costos del cambio sean mayores a la necesidad de cambiar. Esos costos incluyen no sólo los financieros sino también factores psicolóticos como “¿Cuánto esfuerzo tendré que poner?”
Hay muchas técnicas para superar esta etapa, pero muy efectivo puede resultar introducir pequeños cambios en la forma de explicar la idea.
Etapa 3. En esta etapa la gente por fin se interesa en la idea, entonces el innovador será interrogado y le pedirán que la explique. Esta sería la gran oportunidad para transmitir el entusiasmo, pero muchas veces se encuentran tan desmoralizados por la resistencia e la etapa dos que no prestan la debida atención a la visión que la inspiró. Se limitan a explicar que no implica riesgos. Muchas veces aburren a su público con una larga discusión de los detalles.
Esto es lamentable, porque la audiencia rápidamente decide que las ventajas no justifican la inversión. Los innovadores, en cambio, obtendrían una mucho mejor recepción si explicaran en pocas palabras por qué la idea es interesante y va a ayudar a la compañía. Siempre habrá zonas de riesgo e incertidumbre, pero se pueden despejar discutiendo planes para superarlas.

Etapa 4.
Cuando la idea ha sido bien presentada, el innovador suele sentir la tentación de relajarse y disfrutar su gloria, pero eso es un error. Lo mismo que las buenas intenciones de empezar una dieta o dejar de fumar suelen desaparecer con el tiempo, las presiones de la vida cotidiana podrían aniquilar el interés de la gente en la idea nueva.
Un innovador hábil lo advierte y así seguirá, tranquilamente y persistentemente reforzando y susteniendo su idea hasta que por fin se introduzca tan a fondo en toda la gente que no será raro que alguien llegue a decir “¿No lo hicimos siempre de esta manera?”

martes, 9 de febrero de 2010

Cuando haces lo que amas se nota

Cuando haces lo que amas se nota, y se nota de verdad.

La semana pasada asistí, con mi esposa, a ver el espectáculo de danza de Joaquín Cortés.
He de confesar de antemano que en lo personal la danza, y en específico el Flamenco, no es algo que me mueva ni emocione (hay gustos para todo), sin embargo ver a este señor en acción fue inspirador.
No porque el espectáculo haya sido bueno, es más, hasta podría no calificarlo así. De hecho seguro muchos estarán de acuerdo conmigo en que la producción puede ser mucho mejor; pero definitivamente sí por ver como él y cada miembro de su elenco: cantantes, músicos y bailarinas, disfrutan tanto lo que hacen.
Y se sincero, ¿Cuándo fue la última vez que durante absolutamente toda una jornada de trabajo, aún en los momentos más estresantes y las tareas más difíciles del día, mantuviste en tu rostro una auténtica y cálida sonrisa? difícil de responder, lo se.
Quienes en verdad hacen lo que aman hacer disfrutan cada momento en que lo hacen. Aún cuando se enfrentan a situaciones difíciles, riesgos y retos, reconocen que es un privilegio poder hacer lo que más aman hacer en la vida. Lo disfrutan tanto que dejan de trabajar para comenzar a vivir; y así, día a día practican fervientemente su vocación. Estudian, practican, aprenden y logran contagiar su pasión a los demás.
Es fácil reconocer a quienes hacen lo que más aman hacer; son esas personas que se entregan tanto a su vocación que hacen ver simples y sencillas las grandes hazañas que hacen día con día, y que, a pesar de los retos y los problemas, simplemente no pierden el ánimo y dejan de sonreír.
Así pues que…¡a sonreír!

miércoles, 3 de febrero de 2010

Organización: No evites los problemas, aprende a resolverlos

Hace tiempo escuché decir a alguien que en lugar de evitar los problemas deberíamos de afrontarlos y resolverlos.
Hay varias cosas que decir sobre esto, pero trataré de ser breve, preciso y didáctico.
Cuando evitamos los problemas corremos el riesgo, como enseña la canción de Julio Iglesias, de tropezar con la misma piedra.
Hace algún tiempo me tocó ser tutor de las chicas de un conalep. En nuestras sesiones de tutoría hablamos de diversos temas, pero hubo uno que se puso bastante espinoso.
Cuando las alumnas me confesaron que por mayoría de votos habían decidido que yo fuese su tutor, porque el que la dirección les había asignado al inicio de la carrera no les caía bien, tuve que dejar de lado el tópico programado para esa sesión y abordar el nuevo tema que estaba infiltrándose.

Les dije que me dieran las razones por las que no les agradaba el antiguo tutor; el objeto de mi pregunta tenía como propósito comprobar si todas las señoritas tenían el mismo sentir. Claro, como suele darse en estos casos, la conclusión que se desprende luego de la elección de un nuevo tutor, es que después de todo el anterior no era tan malo, o si lo era no lo había sido con todas. Incluso, se produjo un par de discusiones acaloradas entre las señoritas sentadas en el extremo derecho y el izquierdo del salón, saliendo a la luz una verdad oculta a mis ojos hasta ese momento: el grupo estaba dividido.

En plena discusión un par de señoritas comenzaron a gritar e insultarse, así que les ordené callarse.
Cuando el salón estuvo en silencio les hice recordar que en nuestro instituto al tutor se le evalúa con diligencia, buscando compatibilidad entre el perfil del maestro y el del grupo de estudiantes, luego que le es asignado la sección para liderarlo durante los  ciclos que dura la carrera tecnica, pasa por un período de capacitación con los psicólogos del instituto. Al haberme ustedes elegido como su nuevo tutor, cosa que les agradezco, aunque ya me sentía bastante contento enseñándoles  han interrumpido un proceso debidamente planificado con el maestro que me antecedió, así la dirección académica me haya entrenado con el Programa de Tutoría y Orientación Vocacional durante los meses de vacaciones.
No obstante, pareciera que nada grave pasó con este cambio. En fin, ya estamos acá, así que les debo confesar que ustedes están perdiendo y seguirán perdiendo por un tiempo más.
Una de mis alumnas alzó la mano y me pregunto por qué.
- Muy sencillo, señoritas. No han aprendido la lección.
- ¿Cuál lección?, interrogó otra alumna.
- No han afrontado el “problema” que tenían de incompatibilidad con el antiguo tutor y, mas bien, prefirieron evadir el asunto eligiendo a otro docente.
Apliquemos este caso a su futura labor como secretarias ejecutivas. Imaginen a un ogro como jefe, un ejecutivo cuyo carácter no compatibiliza con el suyo, un gerente muy inteligente, preparado, la estrella de la organización, sin embargo su estilo de trabajo es tan especial que a veces a ustedes las saca de quicio. En fin, si aplicamos la actitud recién tomada con su antiguo tutor, deberíamos hacer una votación para elegir a un nuevo jefe, ¿no les parece?, o con un poco más de osadía podríamos ir donde el dueño de la empresa para pedirle que nos cambie de jefe. Inadmisible.
Professor (en inglés), me dice Claudia queriendo intervenir (así me llaman las chicas de la carrera de secretariado), si yo tuviera a un jefe como esos “me quito” (me retiro) del trabajo y me busco otro.
Luego de un silencio largo que hubo en el aula por haber dicho lo que dijo, sugiriéndonos con su intervención la idea de que los puestos de trabajo son como los panes calentitos que uno consigue por las mañanas.
- Professor, siguió hablando Claudia,
Yo, la verdad, chicas, no aguanto pulgas (no resisto) a jefes o jefas engreídos.
_ ¿Quién de ustedes, ya está ejerciendo la carrera?, pregunté
_ Yo, me contestó Mónica.
_ ¿Te ha tocado algún jefe como estos?
_ Hace cinco meses, professor.
_ ¿Qué hiciste?
_ Me quité
Cuando dijo “me quité” noté que sus ojos giraron mientras inclinaba la cabeza. Algo escondía en su respuesta y yo intuía qué era.
_ Me puedes decir dónde estás trabajando actualmente y desde cuándo.
_ En un consultorio de abogados, desde hace tres meses.
_ Describe a tu nuevo jefe.
_ Igual de ogro que el anterior.
_ Se dan cuenta, chicas. Cuando evitamos el problema corremos el riesgo de volver a toparnos con él.
No les estoy diciendo que soporten maltratos e irregularidades con tal de conservar sus empleos. Imposible que mis ideas se chorreen (se conduzcan) por allí. Porque aquel trabajador que soporta las humillaciones, también será capaz de aceptar soborno, acoso sexual e incumplimiento de sus beneficios laborales, entre otras agresiones, y, rotundamente, a causa de su autoestima venida a menos, será incapaz de defenderse, comunicarlo a las autoridades respectivas, o simplemente imponer una denuncia contra sus agresores.
- Yo estuve trabajando para una exportadora de papeles, intervino Melissa. Lo dos primeros meses me sentí bastante cómoda, pero cuando despidieron a mi jefe y pusieron a una jefa gritona y autoritaria en su reemplazo, me salí del trabajo. A los dos días, dejé mi currículo en una agencia de viajes y a la semana me llamaron para ocupar el puesto de secretaria. Ya llevo seis meses en este trabajo y me va de lo mejor. En mi caso no se cumple lo que usted dice Melissa, no existe receta mágica alguna, tampoco cien por ciento de certeza que lo que sirve para otros sirva para uno. Sin embargo, a pesar de que te está yendo de lo mejor, situación que me enorgullece como maestro, es mi obligación decir y no para bajar tu entusiasmo que todavía no has aprendido a afrontar el problema de incompatibilidad de caracteres. Tu antigua jefa, ¿alguna vez te gritó?
_ A mí solamente una vez, pero a los de mantenimiento acostumbraba humillarlos.
_ Supongo que tú eras su secretaria personal.
_ Sí, professor
_ No voy a preguntarte por qué te gritó, ya que las cosas privadas se hablan en privado.
_ No se preocupe, professor, me interrumpió. Mis amigas pueden saber. Me alzó la voz porque escribí por error agradecimiento con s en vez de c.
_ ¿Hablaste con tu ex jefa sobre cómo te sentiste a causa de sus gritos?
_ No. Es que no puedo hablar con personas así.
_ ¿Al menos lo intentaste? Responde con sinceridad.
_ Tampoco.
_ ¿Siempre actuaba de manera autoritaria cada vez que te reunías con ella?, ya que como secretaria personal las reuniones, supongo, eran seguidas.
_ No actuaba así siempre, por eso me dolió cuando me humilló.
_ Decía Gengis Jan que cualquier acción motivada por la furia, es una acción condenada al fracaso. Si hay alguna conclusión que debemos de sacar de tu caso, es que pateaste el tablero de ajedrez en lugar de hacer una jugada con astucia.
_ Entiendo.
_ Ahora sabemos por qué Claudia, Mónica y Melissa pidieron cambio de tutor, simplemente porque en sus respectivas experiencias laborales no abordaron el problema y menos intentaron solucionarlo, sólo escaparon de él.
Reflexionemos sobre la imposibilidad de que ustedes tengan la opción de cambiar de tutor, derecho que se les concede no sólo por el hecho de que sea un profesor compatible el que los lidere, sino porque al ser el nuestro un instituto privado, ustedes mantienen con su pago mensual la continuidad del instituto. Esto les concede mayor prerrogativa sobre los chicos que estudian en institutos públicos, quienes para hacer valer su derecho sobre una autoridad mal elegida o equivocadamente asignada, utilizan los patios de las facultades para protestar, lanzando improperios en algunos caos y en otros haciendo destrozos.
Las personas sensatas sabemos que siempre escuchar será más importante que hablar. Si eso no fuera cierto, Dios no nos hubiera dado dos orejas y una sola boca, ¿no les parece? Y yo conozco al anterior profesor y no les quepa la menor duda que es una persona sensata.
Equivóquense cuantas veces puedan, chicas, pero nunca huyan de los retos, si su integridad física y moral están a salvo, entonces jamás duden en asumir los desafíos que Dios les brinda sabiamente.

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