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martes, 30 de junio de 2009

Alineacion y Balanceo


En los autos, el servicio de alineación y balanceo es necesario cuando el coche empieza a jalarse hacia un lado, cuando, a determinada velocidad, comienza a vibrar y cuando empieza a notarse un claro desgaste disparejo en las llantas. Si notas cualquiera de estas tres cosas en tu carro, sabes que es momento de llevarlo a que le den mantenimiento y corrijan los problemas que está teniendo.

Lo mismo creo que sucede en los seres humanos. Sabes que es momento de tomar medidas correctivas en tu vida cuando sientes que tu camino está jalando para el lado que no sientes sea el correcto, cuando por el ajetreo y ritmo tan veloz de la vida dejas de vibrar o cuando tu cuerpo o mente comienzan a tener un desgaste (cansancio) más grande de lo “normal”.

Estoy seguro de que todos, en algún momento u otro de nuestras vidas, tal vez hasta en repetidas ocasiones, hemos sentido por lo menos uno de estos tres síntomas. Pero de lo que no estoy tan seguro es con que tanta rapidez reaccionamos y corregimos estos problemas, o más importante aún que tanto “mantenimiento preventivo” nos procuramos a nosotros mismos.
Estamos tan ocupados todos los días, manejando nuestras saturadas agendas, tratando de quedar bien con todo el mundo, buscando el siguiente puesto, el próximo aumento de sueldo, el bono anual, el cierre de contrato, cubrir la cuota del año, el reconocimiento público como profesional destacado; y en la vida personal también tan enfocados a ser el padre del año, la pareja modelo, el gran anfitrión, el consejero y amigo más buscado, etc.

Que dejamos totalmente de lado darnos el tiempo (el mantenimiento) que necesitamos. Entonces viene de nuestro cuerpo, el reclamo. Notamos el desgaste, nos enfermamos: espaldas contracturadas, gripas sin razón, gastritis agudizadas, falta de sueño.
Los proyectos que antes nos llenaban de emoción se convierten en condenas de prisión y dejamos de vibrar. Nos damos cuenta que en algún punto del camino, sin notarlo tomamos una desviación.

Y nos enfrentamos al incómodo y difícil momento de “la decisión”. El punto en el que tenemos que reconocer que debemos parar y reconsiderar nuestra dirección; evaluar si estamos en el camino correcto, llevando el paso que queremos o si solo estamos siendo parte del ruido que envuelve a las masas en la indecisión.

Es momento de tomar nuestro propio balanceo y alineación, y preguntarnos:

* Lo que hago hoy ¿está alineado con los principios e intereses que más valoro yo?
* ¿Qué de todo lo que hago hoy me hace vibrar de emoción?
* ¿Tengo claro a donde quiero llegar y cómo quiero vivir, no en unos años, sino a partir de hoy?
* ¿El camino en el que me encuentro hoy, aunque sea un escalón más, me acerca en esa dirección?

Es tiempo de girar las llantas, realinear la dirección y regular nuestra vibración.

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