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martes, 20 de octubre de 2009

¿Por qué hacemos las cosas que hacemos?

¿Qué nos motiva? ¿Trabajamos por dinero o por seguridad o porque es lo que se supone que debemos hacer? ¿Por qué ayudamos a alguien? ¿Esperamos algo a cambio ó le debemos algo?

¿Existe gente que aún haga cosas por el gusto de hacerlas, por tener un propósito en la vida, por creer apasionadamente en un ideal o simplemente tan solo por el placer de ayudar?

Este fin de semana comprobé que sí, y para muestra un botón…o cuatro en esta ocasión.

Imaginemos esto…

Primero, una señora que en su rostro sonriente refleja sus más de 70 años, atendiendo una tienda de recuerdos y regalos en un hotel (una de estas tiendas en las que se supone todo lo que ahí se exhibe, se vende a un precio mucho mayor al de cualquier otra tienda). La señora voltea a amablemente saludar y atender a la mujer que acaba de entrar en busca de una bolsa sencilla donde poder llevar un par de botellas que, en un evento, a ella y a su esposo, les acaban de regalar. La tienda ofrece distintos modelos de bolsas o morrales artesanales que justo podrían cumplir con esa función. La tienda está vacía, de modo que una venta así de inesperada, no le caería nada mal. Pero entonces, en lugar de brincar como tigre sobre su presa, la señora se agacha a buscar algo debajo de su escritorio y sale con dos bolsas de papel con asas, en las que entrega la mercancía que vende y se las regala sin más ni más a la mujer que seguramente, por necesidad y falta de opciones, le hubiera comprado las otras bolsas en ese momento. Y no solo eso, sino que la señora toma las botellas y, como si hubiesen sido mercancía que ella vendió, las envuelve en papel periódico y cuidadosamente las guarda en las bolsas de papel, mientras sonríe como solo alguien con la conciencia limpia y llena de alegría, pueda sonreír.

Ahora imaginemos a una mesera en un restaurante a la 1:30 de la madrugada quien, cuando se lo pidieron, en lugar de decir un simple "lo siento no tenemos", fue en busca de su propia bolsa de mano y de ella sacó un gel anti-bacterial personal que compartió gustosa con su comensal, o un mesero que en vez de quedarse satisfecho con responder un "no se" se retira de la mesa para al rato regresar y decirte "Disculpe que no sabía, pero ya fui a preguntar y lo que usted busca está..."

Imaginemos también a un grupo de estudiantes que sin puntos extras que ganar, ni la promesa de aprobar una materia en especial y por supuesto sin ninguna compensación económica, toman la iniciativa de participar en la logística de un congreso local, donando su tiempo y su trabajo como si en verdad les fueran a pagar.

Y finalmente imaginen a un grupo de jóvenes profesionales que tienen un sueño, pero no un sueño cualquiera de hacer fortuna y generar fama con su carrera profesional como todos los demás, sino el sueño de hacer que su ciudad y su estado puedan generar mucho más de lo que hace hoy.
Y así, con nada más que ese sueño en mano, emprenden la aventura de crear un congreso sobre mercadotecnia y publicidad en una ciudad que se caracteriza por no darle mucha importancia a estos temas. Y no lo hacen porque a falta de competencia, pueden abrir un nicho rentable que les represente un gran negocio, pues al contrario ellos han tenido que poner de sus propios recursos para hacerlo. Lo hacen porque saben que es lo que tienen que hacer para impulsar a su ciudad y ayudarla a crecer.

Ninguno de los cuatro casos ganó más dinero por hacer lo que hicieron. Ninguno tendrá, por el momento, más clientes ni más ingresos por haber hecho un esfuerzo más allá de lo esperado, pero todos tienen la certeza de haber hecho lo correcto, de haber seguido a su propia voz; y cuentan con la satisfacción de haber dado algo más de sí; y con la certeza de que colaborar así es la clave para sobre salir.

sábado, 17 de octubre de 2009

La trampa del bajo precio para obtener mayor volumen de ventas

Incluso en tiempos difíciles como los actuales, evite caer prisionero en la trampa de creer que usted puede vender a bajo precio y obtener ventaja en el volumen. La experiencia nos muestra que las organizaciones exitosas son las que manejan precios “premium”. Pero para vender a precios “premium” y vender su producto, su organización va a tener que construir valor en todo aquello que sus clientes necesitan fuera de un precio bajo.
Muchos vendedores sucumben a las presiones del comprador para bajar sus precios porque nunca analizaron lo que el cliente verdaderamente necesita o quiere versus lo que él dice que necesita o quiere. Los compradores no necesitan un precio bajo. Eso es lo que los clientes le van a decir, eso es incluso lo que pueden pensar, y ciertamente pueden estar recibiendo de sus propios jefes una fuerte presión para tratar de conseguir un precio más bajo. Pero la verdad es que los compradores no necesitan realmente un precio bajo. De hecho, si de veras necesitaran un precio bajo, mejor sería que usted no consiga el pedido, porque muy probablemente no estarían en condiciones de pagarlo.

7 cosas que los clientes necesitan fuera de un precio bajo
Examinemos algunas de las cosas que los clientes realmente necesitan:

1. Necesitan dos o más proveedores
Un único proveedor es muy peligroso. En un mundo donde hay cientos de proveedores potenciales, tener un sólo proveedor es poco lógico. Un incendio, una inundación, un huracán, una caída del sistema, un terremoto o una huelga pueden causar que un proveedor exclusivo no esté en condiciones de enviarle el pedido a tiempo.
Los compradores sagaces aprenden rápidamente que tener un sólo proveedor es demasiado riesgoso. Esto significa que un proveedor puede solicitar un precio más alto e igualmente conseguir la venta. Los compradores inteligentes por lo general saben que si aceptan la oferta más baja son vulnerables ante cualquier inútil que escribe un número pequeño en una hoja de papel, se lleva el negocio y después no cumple con lo acordado.

2. Necesitan que se les entregue a tiempo
Más que cualquier otra cosa, los clientes necesitan una entrega a tiempo. Y esto es verdad, se trate de equipos pesados, servicios de calidad, bienes de consumo o información. Si usted puede entregar a tiempo, usted no tiene que vender al precio más bajo. Si usted no está en condiciones de entregar en tiempo, olvídese de pedir un precio más alto, y con la posible excepción del muy corto plazo, usted puede olvidarse de vender, incluso al precio más bajo.

3. Necesitan ayuda y consejo para las compras complejas
Aquí es donde existe una oportunidad real para vender. Las personas que hacen compras diversas, múltiples o complejas, habitualmente no son tan conocedoras acerca de todo lo que tienen que comprar. Si usted, como vendedor, se ve a sí mismo como un “educador” de un cliente preocupado, usted puede conseguir una ventaja sobre sus competidores. Muchos vendedores todavía creen erróneamente que vender es contar chistes, ser amistosos y averiguar qué precio es aceptable para el comprador, para venderle a ese precio. No trabajan en la tarea de brindar información a sus clientes, y fallan en brindar esa dosis adicional de conocimiento valioso y de servicio que produce el respeto y la lealtad del cliente.
Nunca espere que un cliente le compre solamente por lealtad. Pero reconozca que si usted es un representante de sus productos o servicios útil y conocedor, usted siempre tendrá acceso a los oídos de sus clientes. Esto le brinda la oportunidad de presentar las razones por las que tendrían que pagarle un precio más alto.

4. Necesitan tener lo que compraron – Cantidad, calidad, plazo
Los clientes necesitan tener lo que pidieron. Necesitan tenerlo a mano, y en el lugar adecuado, para no tener problemas. Este es otro punto para resaltar, una vez más, la importancia crítica de la capacidad de proveer a tiempo sus productos o servicios a su cliente, en las condiciones que usted prometió.

5. Necesitan minimizar sus costos de inventario
Su cliente puede necesitar contar con un inventario “just-in-time” – en el tiempo prometido, y al mismo tiempo sin demasiadas existencias en su almacén. Este es un requerimiento delicado, y si su cliente puede ser convencido de que usted puede entregar a tiempo usted cuenta con una fuerte ventaja. Cualquier operación inteligente de cualquier tipo necesita tratar de minimizar sus costos de inventario. Pero hay que entender una cosa: todo esta tendencia continua hacia la entrega “just-in-time” indica la importancia de una sola cosa: entrega, no precio.
Sus clientes le van a decir que quieren un precio bajo, pero lo descartarán como proveedor si usted falla en la entrega.

6. Necesitan comprar a un proveedor actualizado técnicamente y solvente financieramente
¿Nunca le pasó tener un cupón de descuento para una tienda que cerró? No importa cuán buena era la oferta que le hacía la tienda; si usted esperó demasiado para ir a comprar, de pronto el cupón no valía nada. Un día estaban operando, y el día siguiente las puertas estaban cerradas, los teléfonos no atendían, etc. Lo mismo ocurre para su cliente: puede estar tentado de comprarle al proveedor más barato, pero no pueden correr el riesgo de comprarle a un proveedor que está en peligro de cerrar.
La mayoría de los compradores inteligentes aprenden pronto que usted tiene que haber hecho una inversión muy importante para contar con la tecnología más avanzada y para mantenerse sólido financieramente. De lo contrario, usted no podría entregar productos de calidad, y en el tiempo exigido. Si los compradores no saben ésto, van a meterse en serios problemas, cuando se den cuenta que no cuentan con los productos o servicios que necesitaban. Todo comprador inteligente se preocupa más por su capacidad de cumplir con él que por su bajo precio. Y también se preocupan por saber si usted va a seguir estando en la escena durante mucho tiempo.

7. Necesitan amabilidad, velocidad y acción rápida de parte del vendedor para aceptar los pedidos, responder preguntas y solucionar problemas con los pedidos.
Es sorprendente el número de vendedores que realmente no quieren hablar con sus clientes, especialmente una vez que ya han hecho el pedido. El cliente que sabe que puede contar con usted para darle respuestas va a seguir comprándole.

Una palabra final sobre la entrega:
La entrega tiene un peso muy significativo en su capacidad de vender a un precio elevado. La buena noticia es que, si usted sube su precio, probablemente podrá eliminar sus problemas de entrega, mejorar su márgenes, aumentar su rentabilidad y brindar mayores comisiones, incluso si sus competidores tienen un precio más bajo que el suyo.

La razón por la cual los proveedores a bajo precio tienen problemas para entregar es que, para vender a bajo precio, tienen que bajar sus costos en todo lo demás que hacen. El volumen que puede venderse gracias a los precios bajos usualmente da como resultado una incapacidad para producir suficientes productos (esto se aplica también a los servicios) a tiempo.

Lo primero que ocurre es que estos proveedores comienzan a fallar en los plazos de entrega. Después, para “apurar” las entregas, empieza a sufrir la calidad. Con el empobrecimiento de la calidad del producto, las quejas de los clientes empiezan a aumentar, y entonces el servicio se va al demonio.

La planificación de los volúmenes de ventas de productos de buena calidad, con entrega a tiempo, significa que usted puede vender a un precio más alto que sus competidores.

lunes, 12 de octubre de 2009

5 Grandes lecciones de una gran persona.

“Nos ganamos la vida con lo que recibimos, pero nos hacemos una vida con lo que damos”, decía Sir Winston Churchill.

Y la semana pasada pudimos conocer en persona a alguien que definitivamente ha hecho una ¡Enorme vida!

Vinton Cerf, conocido como uno de los co-inventores de Internet y su arquitectura y creador de los protocolos TCP/IP (para quienes no hayan escuchado estos últimos jamás, básicamente la razón por la que en estos momentos estén conectados leyendo este blog), estuvo de visita en la Ciudad de México la semana pasada, compartiendo sus puntos de vista, opiniones y por supuesto conocimiento con organizaciones gubernamentales, iniciativa privada, medios y estudiantes.

Y aunque sería interesantísimo resumir sus puntos de vista respecto al desarrollo del ecosistema de Internet en México, el mundo y hasta en el espacio (sí, este señor ya se encargó de desarrollar las conexiones del Internet interplanetario), he preferido dejar eso para otros medios que hacen un gran trabajo al hablar de eso y enfocarme a comentar 5 grandes lecciones de vida que Vinton Cerf con nosotros durante su visita y que son de absoluta importancia para el desarrollo de nuestra marca personal y profesional:

1. A pesar de todos tus logros, nunca olvides ser humilde y sencillo.
Si tuviese que elegir solo un rasgo que destacar de este señor, sería su sencillez y humildad.
Este señor, es un personaje que hace más de 40 años hizo historia. En las facultades de ingeniería, tecnologías de la información y sistemas lo estudian ya desde hace décadas y nuestros hijos lo estudiarán cuando lleven la materia de historia universal, junto con personajes como Alva Edisson, Graham Bell y otros más; y sin embargo se conduce con la simplicidad y gracia de un maestro que busca ayudar a sus estudiantes compartiéndoles lo que sabe.

2. Se consciente de tu entorno y mantente alerta a las oportunidades que la vida te trae.
¿Cuántas oportunidades no habremos dejado pasar ya por despreciar o minimizar nuestro trabajo? Vint nos compartió: “Fui muy afortunado por estar en el lugar correcto en el momento preciso y ser el programador del “Network Measurement Center en UCLA”, lo que lo llevo a ser, en tiempo, el creador del protocolo TCP/IP.

3. Aprende a tomar riesgos aun cuando creas que no podrás.
Seamos francos ¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo porque estamos convencidos de que no va a funcionar? Vint nos cuenta como aprendió a “Tomar el camino más arriesgado y como este fue siempre el más interesante”.

4. Rodéate de gente que te rete a ser mejor, no te quedes con un simple “no se puede hacer algo” porque ya lo intentaste una vez y rodéate de las personas que te pueden impulsar a intentarlo una vez más.

5. Aprecia y agradece poder servir a los demás.
Esta fue, después de la sencillez con que se comporta, la lección más importante para mí.
Deja de quejarte porque tu trabajo no es lo que esperabas, porque es aburrido o muy difícil, porque tienes clientes malos que no te entienden o por las razones que quieras inventar.
La realidad es que todos, deberíamos estar agradecidos de poder servir a los demás y apreciar, como Vint Cerf, la oportunidad de hacerlo.

Quisiera poder resumir todo los puntos que Vint Cerf compartió con nosotros hace unos días, pero tal vez no le haría suficiente justicia, así que mejor los dejo con esta presentacion que encontre en youtube de el.

http://www.youtube.com/watch?v=b8EqK0UIxgc


lunes, 5 de octubre de 2009

Date la oportunidad.

¿Cuántas cosas no dejamos de hacer todos los días por temor, por apatía, por costumbre, por prejuicios y que se yo que más?


¿A cuántas personas no habremos ya mal juzgado y de cuántas amistades no nos habremos perdido ya? ¿Cuántas oportunidades habremos de dejar pasar antes de atrevernos? ¿De cuántos sí nos habremos perdido por miedo a tener un no? ¿Con cuántas preguntas sin respuesta nos pensamos quedar?


Cada día que pasa es una nueva oportunidad para conectar, para aprender, para crecer, para ayudar; y sin embargo cada día dejamos pasar toda posibilidad. ¿Por qué?

Pensando en todo esto no pude evitar recordar el tema de la película The bucket list. ¿La recuerdan? Esa película en la que un envejecido y enfermo Jack Nicholson encuentra accidentalmente a quien llega a ser su más grande amigo, en un también viejo y más enfermo aún Morgan Freeman, con quien escribe una lista de cosas que ambos quieren hacer antes de que las enfermedades de cada uno acaben con sus vidas: viajar al Tibet, visitar el Tajmahal y besar a la mujer más bella que hayan conocido jamás.


Mi pregunta es ¿por qué tenemos que esperar a que una situación tan grave nos suceda para decidir hacer lo que tanto hemos querido hacer?


Tal vez alguien aquí me diga “bueno Angel, es que cuando uno ver cerca la muerte su visión de vida cambia”.

Les respondo: lo dudo, es más estoy seguro de que no a todos, no siempre, una experiencia así los hace cambiar.


Hace un par de años en un viejo post de este blog comenté que yo estoy convencido de que eso casi no sucede. Una persona cambia su actitud ante la vida cuando está convencida de hacerlo, sino simplemente no lo hace. Me consta.

Yo mismo he vivido situaciones así, personalmente y con seres queridos también, y nada de eso me hizo cambiar mis viejas formas de actuar. ¿Qué fue entonces lo que me hizo cambiar lo que no me gustaba en mí? Decisión, convicción y visión de cómo quería vivir mi vida y nada más.


Entonces quizás alguien me diga: “... es que las circunstancias en las que cada quien vive siempre pueden ser una limitante para hacer lo que queremos, pero tal vez ahora que me cambie de trabajo o me mude, o me jubile…”


Y pienso: ¿De verdad quieren esperar 1, 2, 20 o 40 años más para comenzar a vivir su vida, porque por ahora solo tenemos que trabajar?


En su libro “The 4-hour work weekTim Ferris nos habla de cómo tomó la iniciativa de integrar dos importantes conceptos – balance de vida y éxito profesional – en uno solo “Life Style Design”, con la premisa básica de que no es necesario esperar un evento que cambie nuestras vidas, ni esperar por décadas para tener el tiempo de hacer lo que queremos hacer de nuestras vidas; y comparte una serie de recomendaciones, pasos y recursos que podemos aprovechar para comenzar a actuar y vivir en la manera en la que queremos hacerlo hoy, y no cuando estemos retirados.


Más aún en su reciente libro “Trust AgentsChris Brogan y Julien Smith retoman la idea de Tim y explican como la tecnología hoy nos permite, como lo nombran ellos en su libro, crear nuestro propio juego.


Ambas lecturas son realmente valiosas y altamente recomendables y, aunque para mí han sido realmente inspiradores, hoy no pretendo convencerles de hacer un cambio tan radical tan bien como estos tres autores lo pueden hacer.


Sin embargo sí quiero plantear una premisa tan importante como las anteriores, pero quizá es más fácil de implementar desde ya: Darse la oportunidad.


Darse la oportunidad de pensar, de pedir, de preguntar, de enseñar, de compartir y de buscar; regalarse la posibilidad de hacer algo más, de viajar, de aceptar ayuda y dar, de conocer gente y no calificar. Todos los días darse una oportunidad de vivir cada día un poco más como queremos vivir.


Como dice Robin Sharma, el más largo de los viajes comienza con el primer paso y cada gran logro está formado de pequeñas victorias que conquistamos paso a paso, día con día.

Así pues ¿Qué oportunidad se piensan dar hoy?

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