
Mientras 36 holandesas atrapaban la lente de camarógrafos y fotógrafos durante el partido entre la Selección de Holanda y Dinamarca, la FIFA decidió forzarlas a abandonar el estadio para aprehenderlas por usar una vestimenta que, a ojos del organismo presidido por Blatter, era parte del llamado Ambush Marketing, práctica prohibida dentro de los estadios en que se lleva a cabo la máxima justa balompédica del orbe.
Tras terminar el partido, estas 36 aficionadas fueron interrogadas durante horas por oficiales de la FIFA y autoridades policiacas. Se les acusa de vestir una indumentaria que forma parte de la estrategia de mercadotecnia de la marca de cerveza holandesa Bavaria, empresa que ya hace 4 años se valió de unos pantaloncillos con cola de león que fueron prohibidos por el órgano rector del fútbol en Alemania 2006.A diferencia de lo ocurrido en la edición anterior del Mundial, la vestimenta actual no incluye marca alguna, motivo insuficiente para evitar la ira de los oficiales de la FIFA. Como prueba para considerar que están realizando Ambush Marketing, la FIFA se apoya en la imagen de Sylvie Van der Vaart, esposa de Rafael Van der Vaart, quien vistiera exactamente el mismo vestido que mostraron las holandesas en esta oportunidad.

¿Hasta dónde tiene derecho a llegar la FIFA en cuanto a la vestimenta de los aficionados? ¿Llegará el día en que los aficionados no puedan ingresar al campo con una determinada playera? Si, por ejemplo, NACO juntara a veinte mexicanos con la playera de San Temo, ¿la FIFA podría exigirles que se retiraran por estar haciendo ambush marketing?
Preguntas delicadas de respuestas muy complejas y enredadas.