Hoy presento una nueva entrega de “el día de Coach” que, como en todos los capítulos de esta serie, se trata de un artículo extraído de ciertas técnicas de Coaching y textos basados en lecturas recomendadas, boletines (newsletters), blog, capítulos o fragmentos de seminarios u otros ejercicios por cortesía de la Coach personal Isabel Sales.
El destino es sabio y en cada momento de la vida nos da lo que de verdad necesitamos, aunque a veces no nos guste o ignoremos su “necesidad”, y esto incluye los fracasos aún si no comprendamos qué hay de bueno en ellos.
Los fracasos nos acompañan durante toda nuestra vida, pero no nos educan para aprender de los errores (y creo que tampoco de los logros). Quien comete muchos errores no es un fracasado, al contrario, es alguien que ha tomado las riendas de su vida y está dispuesto a descubrir su pasión, cueste lo que cueste. Lo contrario del éxito no es el fracaso, es no haberlo intentando.
Es humano que ante un fracaso nos sintamos desanimados y hundidos y que dudemos de nosotros, vale, permitámonos, pues, unos momentos de permanencia en ese agujero de frustración, pero que no sea una excusa para abandonar. ¿Qué hacer para aprovechar los malos pasos, los errores las posiciones equivocadas?
Mientras estás en el “hoyo” gestiona tu posición (especialmente tus emociones) y “repítete como un mantra” que todo pasará, porque es así, todo pasa (lo malo y lo bueno), y sólo tú permaneces. Luego, aprende de ese fracaso, aprende mucho; aprovecha la ocasión que te brinda la vida porque cada problema es un regalo para aprender justo lo que nos hace falta en ese momento.
Este aprendizaje se consigue no aferrándote emocionalmente al problema en su vertiente de frustración, sino desarrollando todo el potencial que lleva consigo: descubrir el pequeño éxito oculto en cada uno de nuestros fracasos, esa debe ser nuestra tarea.
Recuerda que eres la suma de todo lo que has hecho y de lo que no has hecho, de lo que has logrado y de aquello en lo que has fracasado, de lo que has reído y de lo que has llorado, de lo que has gozado y de lo que has sufrido. Y todo tenía que ocurrir así para que fueras quien eres hoy. Eres el éxito de todos tus fracasos.
Y eres así ahora porque tienes que serlo para vivir la experiencia que necesitas. La vida está esperándote a ti, tal como eres, y no a la persona que tú quisieras ser.
…Y recordar:
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