Los vemos con enorme frecuencia, no importa la empresa o el tipo de organización que sea, ni el nivel de jerarquía ocupado por la gente, tampoco la cantidad de ingresos o el tipo de trabajo que se realice.
Y al mismo tiempo a estos otros también los podemos ver con tanta frecuencia como a los anteriores, y para ellos tampoco importa el tipo de empresa, ni el puesto, ni su compensación.
Ambos conviven todos los días, trabajan de la mano, comparten oficina, comen juntos, algunos estudiaron lo mismo, tal vez incluso hasta en la misma institución, otros vienen de contextos totalmente contrastantes y sin embargo están ahí compartiendo a veces, más tiempo con nosotros que con su propia familia.
Unos llegan hasta a convertirse en los mejores amigos de quienes forman parte de su grupo y del otro también, los otros, difícilmente hacen amistad con alguien, incluso (o quizá, sería mejor decir, especialmente) dentro de su propio grupo.
A simple vista son los mismos profesionales que vemos todos los días en todas las empresas, pero basta con poner tan solo un poco más de atención para darse cuenta de un rasgo clave que los distingue totalmente entre sí: unos sonríen y otros no.
El primer grupo, si bien sigue en la lucha diaria y sabe que falta mucho por recorrer, está satisfecho con sus logros y contento con su trabajo; hace lo que le gusta y le gusta lo que hace.
El otro grupo, el segundo, nunca está contento. Siempre está estresado de más, jamás está satisfecho con lo que ha logrado y se encuentra sometido por sí mismo a una frenética búsqueda de crecimiento en la corporación.
Y no, lo que hace que una persona pertenezca a uno o a otro grupo, no está en el título, ni en su nivel jerárquico, mucho menos en su compensación.
En lo personal conozco casos de grandes y aparentemente “exitosos” ejecutivos que ocupan los más altos niveles en su organización y que todos los días se lamentan por su “precaria situación”, angustiándose por la cuota del mes o por lo que su jefe pensará de ellos al día siguiente; y también conozco casos de ejecutivos del mismo nivel, o incluso más alto, que disfrutan cada día de su trabajo como si fuera el primero (o el último) de su carrera.
Y también conozco gente que organizacionalmente tiene una posición más sencilla y que todos los días se queja porque en su empresa no solo valorados como se merecen; y otros que día a día agradecen estar ahí porque saben que es parte de su plan.
Así que no, el título que ostentemos nada tiene que ver con el grupo al que pertenecemos.
Incluso, en muchos de los casos, la gente brinca de un grupo a otro con cierta repetición.
Entonces ¿qué es lo que define que pertenezcas a uno o a otro grupo?
Desde mi punto de vista, quienes pertenecen al segundo grupo, el que se queja y vive enojado y estresado, no tienen un plan de carrera claramente trazado y no saben a dónde van; o mucho peor aún, son víctimas de su claramente trazado plan de carrera; lo han seguido tan al pié de la letra que han ido avanzando con paso firme y constante.
En este grupo uno empieza su desarrollo como asistente y es promovido a coordinador, después a supervisor y más adelante a gerente y con el paso del tiempo, un poco de suerte y un claro compromiso incondicional a su carrera profesional, la gente se convierte en los grandes ejecutivos que son hoy.
En el primer grupo, el que está contento y satisfecho, también se empieza trabajando como asistente, se es promovido a coordinador y después a supervisor, gerente, director y con el paso del tiempo, un poco de suerte y un claro compromiso también llegan a convertirse en los grandes ejecutivos que son.
Solo que este grupo, no está solamente comprometido con su plan de carrera y entiende que este es solo un área más dentro de algo mucho más importante: su plan de vida.
Estas personas no se están quejando porque no les va como quisieran y ante los retos y baches a los que todos nos enfrentamos, tienen claro un concepto: este es solo un paso más que hay que dar para seguir adelante hasta donde queremos llegar.
Estos sujetos no llegan a los niveles más altos de una organización pensando que son mejores que los demás o no sabiendo que hacer una vez que están ahí. Tampoco se quedan a admirar sus logros para luego caer.
Estas personas llegan a donde quieren llegar, sin importar si eso es tener la oficina más grande de la corporación, su escuela de danza, un lugar en una orquesta sinfónica o un bar en la playa; porque saben que llegar ahí es parte de su plan, no de carrera, sino de cómo ellos quieren vivir.
Y la pregunta que queda entonces es: Tú ¿A qué grupo quieres pertenecer?
El objetivo primordial es ver unos cuantos avances del marketing, estrategias asi como crear nuevos conceptos e ideas del mundo actual en este ambiente que come a las masas, Bienvenidos.!!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
Es difícil no darse cuenta cuando algo se pone de moda. Es el caso de las Silly Bandz, las pulseras de goma que se convirtieron en un prod...
-
En los autos, el servicio de alineación y balanceo es necesario cuando el coche empieza a jalarse hacia un lado, cuando, a determinada veloc...
No hay comentarios:
Publicar un comentario