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Mostrando entradas con la etiqueta Aprendiendo a preguntar. Mostrar todas las entradas
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domingo, 5 de septiembre de 2010

Compartiendo y prendiendo de una industria.

Por: Luis Angel Pioquinto Sanchez
“¿Pero por qué habría de participar en cursos para entrenar a mi competencia?”, “No me gusta enviar a mi gente a estos seminarios porque la competencia luego me los quiere piratear”, “Esta empresa no es cuna de talento”, “No capacito a mis clientes para que así siempre me necesiten”.
Son solo algunas de las más tristes excusas que he escuchado en los últimos años de parte, lamentablemente, de algunos muy destacados miembros de la industria del marketing digital.
Pretextos absurdos para esconder su miedo a no ser lo suficientemente buenos para competir. Prefieren incluso que una industria entera se quede estancada, siempre que esto les permita conservar por un rato más, eso a lo que ellos prefieren llamar ventaja competitiva.
Y entonces, un mercado que debería crecer tan rápido como la tecnología, se ve deprimido en su desarrollo, no por la poca adopción, experimentación o inversión de los anunciantes, sino porque algunos, simplemente no predican con el ejemplo.
“La información es poder” bien dice el dicho y tristemente a algunos aún les gusta creer que “quien tiene la información tiene el poder”. Sin embargo, lo cierto hoy es que la única manera de seguir creciendo y desarrollando cualquier industria, organización o mercado es compartiendo y aprendiendo. Que a miembros de tu equipo les ofrezcan nuevas oportunidades de trabajo porque cuentan con un conocimiento y experiencia que obtuvieron colaborando contigo, no es malo, por el contrario, habla muy bien de ti. Que estos quieran explorar estas nuevas posibilidades o no, está en tus manos: ¿qué haces para desarrollarlos y retenerlos? ¿Qué te mantiene atractivo como empresa?
Ayudar a tus clientes a aprender más sobre tú trabajo y prepararlos para saber tanto o más que tú, no es para que ellos dejen de contratar tus servicios, sino para que los sepan aprovechar mejor. Ellos ya tienen muchas cosas en sus manos, y tomar tu trabajo es lo menos que quieren. ¿Cómo te mantienes vigente y a la vanguardia con tus clientes? ¿Qué haces para continuar aportándoles valor?
Participar en proyectos de capacitación y desarrollo a los que puede acceder tu competencia, no debería ser para ti una amenaza. Crear nuevos programas de desarrollo para dotar de mayor conocimiento y mejores herramientas a todos los que participamos en una industria no puede hacer otra cosa más que elevar la barra para todos y crecer el tamaño del pastel.
¿Qué haces tú para mantenerte en la punta de la ola?
En resumen, ayudar a  que todos los integrantes de la industria estén mejor preparados no te quita negocio, ni empleados ni clientes. Poner nuestro granito de arena para que todos hagan un mejor trabajo, crece, construye y refuerza la credibilidad de quienes participamos de este mercado y crea nuevas oportunidades para todos.
Por eso comparte, aprende, sueña, actúa y sé feliz.

domingo, 30 de mayo de 2010

¿Y qué queremos hacer?

"Las cosas no siempre son fáciles. Frecuentemente tenemos que enfrentar más retos de los que quisiéramos y la vida constantemente nos invita a salir de nuestra área de confort", pensaba mientras un amigo valientemente me contaba que esta era su última semana de labores en su actual trabajo, del cual lo estaban, por razones válidas o no, liquidando.
Tranquilo me pedía consejos sobre cómo podía echar a andar su propio negocio, tal vez una agencia de marketing digital pues lleva algunos años dándoles cierto nivel de soporte a estas o quizás algo de mercadotecnia móvil pues es un nicho poco explorado aún.
“¿Pero en realidad es eso lo que quieres hacer o es lo que crees que puedes hacer?”, le pregunté.
"Es que ahora que he estudiado el MBA me siento preparado para manejar mi propio negocio y algunas personas de la industria me han invitado a colaborar con ellos”, replicó.
Y aunque puedo entender  y hasta identificarme completamente con su posición e interés de rápidamente anclarse a una nueva base que le ofrezca estabilidad, no puedo evitar preguntarme a mí mismo:
"Si tuvieras oportunidad de hacer algo diferente en tu trabajo o en tu vida, si tuvieras luz verde, todo el espacio, todos los recursos, todas las herramientas y todo el tiempo para hacer ese cambio. ¿Qué harías?"
¿Buscarías realizarte como persona, trabajando haciendo lo que más te gusta y mejor sabes hacer, generando así el estilo, el nivel y la calidad de vida con que quieres vivir? ¿O una vez más seguirías el camino que crees que debes seguir porque en tu casa, en tu trabajo, en tu círculo social, te dijeron que así debes vivir?
¿Trabajarías para ser "una personas de éxito" (sea lo que sea que signifique para cada quien) ó trabajarías en convertirte en una persona de valor?
¿Sobrevivirías cada día intentando acumular todos los bienes materiales que crees necesitar para vivir bien (porque te han dicho que eso es lo que te hace feliz) o vivirías como quieres vivir?
Y al responderme, no pretendo decir que entonces para ser felices necesitamos renunciar a todas las comodidades y juguetes que nos gustan o que debemos darle la espalda a la profesión que elegimos ejercer, para convertirnos en un yogi o hermitaño de la montaña para encontrar paz, serenidad y felicidad.
Muy al contrario, si ser un gran ejecutivo es lo que te mueve, si ser un campeón olímpico es lo que te hace vibrar, o ser un músico reconocido mueve tus fibras, está muy bien.
Pero está muy bien porque eso es lo que a ti te hace vivir y no porque los demás dicen que así debe de ser.
Y si en este momento la vida nos presenta una encrucijada en la que debemos elegir qué camino seguir, tal vez lo mejor sea no lamentarnos porque no nos está dando lo que creemos que merecemos, sino alegrarnos porque nos está dando la oportunidad una vez más de respondernos a nosotros mismos ¿Qué es lo que queremos hacer?
Y sea lo que sea que lo que en verdad queramos hacer, hagámoslo. Demos el primer paso hoy y mañana el segundo. Cada día avanzando hacia donde queremos ir.
No esperemos que de la noche a la mañana obtengamos todo lo que queremos tener, seamos pacientes y constantes y recordemos que son los pequeños pasos que damos cada día los que nos llevan al gran éxito que con el tiempo habremos de lograr.
¿Entonces, ustedes qué quieren hacer de verdad?

Picture credit: Todo-Juanjo

lunes, 9 de noviembre de 2009

Manten lo primero, primero.

Planes y estrategias de negocio a 10 y 5 años, planes anuales de trabajo y programas de trimestrales que te llevan a su vez a los objetivos del mes, los proyectos de la semana y finalmente a la lista de pendientes y tareas que tienes que realizar cada día.

“Lo que no está en la agenda, simplemente no se implementa” dicen algunos expertos en administración.

Pero “¿Y cómo le hago para asegurarme de no salirme del plan y hacer todo lo que tengo que hacer?”, fue la pregunta que hoy alguien conmigo compartió.

Una pregunta que seguramente todos nos hacemos al día, por lo menos una vez y que me llevó a recordar un pasaje del libro“Monday Morning Mentoring”de David Cottrell, en el que el autor sostiene que para ser un líder eficiente y eficaz, uno tiene que mantener siempre lo primero en primer lugar.

Por supuesto distintas técnicas y metodologías para administrar el flujo de trabajo existen ya; desde calendarios y agendas, impresas y digitales, donde enlistamos todos los pendientes y tareas por hacer, hasta hojas de tiempo donde resumimos las actividades que hemos realizado ya.

Pero esto me resulta totalmente insuficiente ya.

Porque hacerse el ocupado es muy fácil y, con relativa sencillez, todos los días podríamos hacernos de una intensa lista de pendientes y urgentes que resolver si ni siquiera tenernos que esforzar; bastaría con decirle que sí a cada persona que cruza por nuestro lugar de trabajo interrumpiendo y pidiéndonos algo más.

“No hay cosa más inútil que hacer eficientemente aquello que no tenemos por qué hacer”.

Por eso la enorme importancia de saber qué es para nosotros lo que ocupa ese primerísimo lugar y que debe servir como guía para todo lo demás.

En la mayoría de las organizaciones, a esta guía le llaman misión. En el caso de las personas podríamos llamarle visión, principios o valor.

Y así cada cosa que hagamos, nuestros estudios, nuestro trabajo, cada acción debería de estar guiada por esa principal razón.

El trabajo que elijamos, los hobbies que escojamos, las actividades que hagamos, todas debiesen estar amarradas a esta razón; así, cualquier otra cosa, por importante o urgente que parezca, si no está ligada con esta razón principal, no necesariamente lo será.

De modo que la pregunta que queda ahora es: Para ti ¿Cuál es tu principal razón?

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