Tres de los principales ejecutivos del sector tecnológico en España y dos importantes emprendedores del creciente y dispar continente africano, moderados por Alberto Durán, fundador y consejero delegado de Mundivox Communications, con sede en Río de Janeiro, se dieron cita, durante la segunda jornada del Wharton Global Alumni Forum de Madrid, en un panel titulado Tecnología e innovación: ¿panacea o falacia?
Para preparar el terreno para el debate, Durán señaló en el panel y en una discusión posterior que, si bien la tecnología y la innovación ayudarán a crear la base para el crecimiento de la sociedad, es la demografía la que ha “cambiado por completo la manera en que vivimos, y está creando tanto inmensas oportunidades como enormes desafíos”.
Como ejemplo destacó los 85 millones de botellas de agua de plástico que se tiran todos los días. “La cantidad de botellas en medio del océano Pacífico es el doble del tamaño de Texas, pero no hablamos de eso”, afirmó. “Se necesita voluntad política para abordar estas cuestiones.
Hoy podemos crear fantásticos instrumentos financieros para financiar bienes raíces, telecomunicaciones y otras industrias. ¿Por qué no existen instrumentos para financiar las nuevas tecnologías para el plástico? Alguien tiene que venir y decir, ‘ Mira, tenemos que hacer esto’. Es la voluntad política lo que hará que esto suceda”.
Durán también destacó los retos a los que la economía global se enfrentará en las próximas décadas debido al crecimiento demográfico. Aunque el 50% de las personas viven hoy en día en las grandes ciudades y el 50% en las zonas rurales, en los próximos 30 a 40 años, el 75% vivirá en las ciudades, y el 25% en las zonas rurales, junto con una población mundial que “está creciendo de manera exponencial, “no en Europa sino en el resto del mundo, incluido EE.UU., afirmó.
En opinión de María Garaña, presidenta de Microsoft Ibérica, hoy en día el debate sobre tecnología e innovación debería estar centrado en la aplicación práctica de la tecnología en las empresas y cómo ésta está ayudando a aumentar la productividad y la competitividad. “No es más eficiente el que más dinero invierte en tecnología, sino el que la usa para ser más productivo” dijo. “En ocasiones basta con sacar partido a las herramientas de las que ya se dispone. En realidad, se trata de hacer un análisis en profundidad sobre las posibilidades que uno tiene de ser más productivo, y la productividad puede conseguirse produciendo más o reduciendo costes”.
Ahora bien, continuó, “la tecnología es fuente de ahorro para los negocios. Se debe abandonar el mensaje tecnológico, los términos más técnicos, y hacer de los sistemas informáticos herramientas relevantes para las empresas y para las personas”.
En España, dijo, “medio millón de personas trabajan en el sector tecnológico. No obstante, por ejemplo, la penetración de los sistemas informáticos de gestión de clientes, los denominados CRM, es de apenas el 23%. Opciones como los CRM, la virtualización o la movilidad han permitido a algunas compañías reducir sus costes en un 30%”.
En este sentido, Garaña señaló dos tendencias que están marcando la evolución de la adopción de nuevas tecnologías en las empresas. “La primera es lo que, en el sector, llamamos cloud computing. No se trata de una nueva tecnología, sino de un nuevo modo de consumirla, que añade flexibilidad al negocio”, apuntó. La segunda es la consumerización, palabra bajo la que se entiende la posibilidad de realizar las mismas cosas desde distintos dispositivos, a cualquier hora y en cualquier lugar. “No es fácil. Muchas empresas tienen sus procesos distribuidos. La tecnología en el mercado de gran consumo se desarrolla más rápidamente que su adopción en las empresas”.
Oportunidad y responsabilidad
Por su parte, el presidente de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel, Juan Antonio Zufiria, señaló que la crisis ha precipitado y anticipado la necesidad de innovar en tecnología, así como de aplicar los nuevos descubrimientos para cambiar las cosas. “Es ahora cuando tenemos que incrementar el nivel de eficiencia y sostenibilidad de nuestra sociedad”, apuntó, “tenemos la oportunidad y la responsabilidad de construir un mundo más inteligente”. El mundo está “lleno de ineficiencias. Hace cien años, sólo 16 ciudades superaban el millón de habitantes, ahora este número se ha multiplicado por veinte. Pero el mundo está mucho mejor comunicado y existe una mayor capacidad de análisis que permite adelantarnos al futuro y mejorar nuestras ciudades”, explicó.
La propia IBM ha ideado un proyecto denominado Smarter Cities, por el que trata de mejorar las ineficiencias de las ciudades europeas a través de tecnología y a el que, este año, destinará la mitad de sus recursos para investigación y desarrollo (I+D). Por ejemplo, en Dinamarca, la compañía está desarrollando un sistema por el que los ciudadanos podrán acceder a los servicios sanitarios a través de Internet, al igual que ya se hace con la banca. Y, en Estocolmo, los peajes se reconfiguran solos en función del tráfico, lo que ha reducido un 25% los atascos y este beneficio tiene un efecto dominó en la reducción de los gases de efecto invernadero. “Y, en la ciudad de Nueva York, se han reducido los delitos en un 20% gracias a un algoritmo matemático que permite predecir actos delictivos. El sistema energético, los transportes, la seguridad, la sanidad, los servicios públicos… existen ineficiencias y, por lo tanto, oportunidades de negocio en muchos sistemas de la sociedad”, sostuvo Zufiria.
“La crisis ha acelerado la necesidad de emplear tecnología. Una recesión económica es una oportunidad, en el sentido de que permite medir los éxitos de las iniciativas que se llevan a cabo. ¿Es éste el momento adecuado para invertir en innovación? Desde IBM, estamos convencidos de que sí lo es, más que nunca. Si no aprovechamos la oportunidad, estaremos siendo negligentes. Hoy, ser prudente es estar parado, y quien se queda quieto está muerto, auguró Zufiria.
El consejero delegado de la empresa española de sistemas de información Indra, Regino Moranchel, coincidió con Zufiria en asegurar que las empresas tecnológicas tienen la “deuda” de redefinir la forma en que la gente comparte la información, lo que permitirá transformar el mundo. Moranchel quiso hacer balance de los 80 años de trayectoria de la multinacional. “Hoy, la información en tiempo real es accesible y fácil de compartir. Es nuestro deber redefinir el modo en que usamos y compartimos la información para crear valor”, señaló.
Al igual que Garaña, Moranchel quiso dejar aparte la discusión técnica para centrarse en el valor que puede aportar a un negocio. “Innovar es, de hecho, fácil, si se conoce el problema a resolver, cómo puede solucionarse y quién puede contribuir en la gestión de este proceso”, dijo. “Nosotros creemos en una innovación centrada en los clientes, para intentar comprenderles, conocer sus necesidades y, así, poder anticiparnos a nuestros competidores”, expuso.
El directivo de Indra insistió, asimismo, en el valor del talento dentro de una organización, un activo, a su parecer, “crucial”. “Siempre habrá más talento fuera que dentro de una organización. Por eso, es importante la colaboración y la motivación para sacar el máximo partido del equipo. Desgraciadamente, no hay reglas sencillas que seguir”, afirmó. Garaña recordó que las nuevas tecnologías han llegado a muchas empresas a través de sus empleados, quienes, acostumbrados a utilizar todo tipo de dispositivos en su día a día, los acaban exigiendo también en sus centros de trabajo.
África, nuevos casos de emprendimiento
En la mesa de debate también participaron Eric Kacou, director general de OTF Group, una firma de estrategia y competitividad con sede en Ruanda, y Eva Muraya, cofundadora y consejera delegada de la firma de Nairobi Color Creations Group. Ambos ejemplifican este arranque emprendedor que está teniendo lugar en África y expusieron la situación particular de sus países. “Son muchos, y cada vez más, los casos de éxito que se pueden mostrar de emprendedores africanos”, afirmó Muraya.
“¿Panacea o quimera? La respuesta reside en un solo tipo de empresario. Allá donde se mire, aquéllos que son capaces de hacer de la innovación una panacea son emprendedores”, sostuvo Kacou. El ejecutivo describió a la audiencia la situación actual de África y dijo que “al menos 38 países han tenido conflictos en los últimos cincuenta años. Con la crisis, la dificultad para hacer negocios se ha agravado. La situación económica actual ha tenido impacto en los precios, los mercados financieros, los tipos de cambio y la deuda. La situación es extremadamente complicada y actúa como un círculo vicioso, del que la única salida pasa por un cambio de mentalidad”. En su opinión, y en la de Moranchel, hoy en día hay una tremenda falta de confianza; los propios gobiernos son escépticos y a ellos es a quién “incumbe todo el fomento del emprendimiento”, dijo el último.
Kacou achaca a un giro en las políticas de apoyo económico del gobierno de Ruanda la aparición de una nueva clase de empresarios africanos. “Si existen casos de éxito es porque el Ejecutivo ha creído en los emprendedores. Con este pequeño paso, las exportaciones se han multiplicado por cinco en los últimos diez años. No se trata de copiar y pegar lo que hacen otros países, sino de crear cosas nuevas”, dijo. Como ejemplo, se citó a la empresa de Kenia llamada Safaricom (www.safaricom.co.ke), empresa que permite llevar a cabo transacciones a través de los móviles. “Ahora la gente de Kenia puede llevar el banco en el bolsillo. No hay costes de transacción porque todo se puede hacer con el móvil”.
“En África, habitan unos 1.000 millones de personas, muchas de ellas muy jóvenes, pero, aún así, el ratio de crecimiento no es el suficiente. Hace falta hacer mucho más, porque la tecnología sí avanza rápidamente”, comentó Muraya. La ejecutiva de Nairobi recordó la evolución reciente de su país. “En 2007, se descubrió un fraude en el manual sistema de recuento de votos en las elecciones que, desgraciadamente, acabó enfrentando a unos contra otros. Supuso muertes y un grave retroceso para muchos negocios locales. Gracias a la implantación de un sistema de votación electrónica, en las próximas elecciones, en 2012, nada parecido volverá a ocurrir”, aseguró.
Esta empresaria ofrece su particular receta para tener éxito como emprendedor. “Se necesita capacidad de adaptación, así como mantener la pasión y el enfoque en la idea de negocio. El emprendedor debe asegurarse, además, el socio acertado que comparta su visión y su energía”. Muraya señala el papel crucial que han jugado las microfinanzas, “muy sensibles a las condiciones especiales de la población situada en la base de la pirámide”, en África y otras regiones o países en vías de desarrollo. Y dice que los modelos de microfinanzas han beneficiado más a las mujeres que a los hombres, ya que éstas pagan mejor y no tienen tantas “distracciones” como los hombres en la conquista de su objetivo empresarial.
Zufiria habló también del talento disponible y señaló que “con la llegada de las tecnologías de la información, se incremento el peso del mismo. En África, como en China o Brasil, hay montones de talento. Las manos han dejado de ser importantes a favor de la capacidad de innovación. Hay una única solución, la tecnología, pero necesita del coraje y del talento para resultar útil”, declaró Zufiria. “Cuando sepamos cómo presentar servicios que sean realmente útiles para la sociedad, saldremos de este círculo vicioso y podemos desarrollar programas capaces de superar todas las barreras”, aseguró Kacou. “Tenemos que cambiar la forma de pensar y abrir la puerta a nuevas ideas. Esto es lo distingue a un líder de un seguidor”, concluyó Muraya.
Garaña, que ha trabajado durante quince años en Latinoamérica, se unió al debate sobre el papel que juegan los países en vías de desarrollo durante la recesión y señalo que ésta les ofrece una oportunidad única ya que históricamente se han visto frenados por lo que podría denominarse una crisis psicológica, para crecer”. “Ésta no es una crisis global, sino del Primer Mundo. Regiones como África tienen ante sí un gran camino por delante”, continuó Zufiria.
Si volvemos a la esencia del significado de la palabra innovación, encontraremos la respuesta en nuestra propia capacidad para emprender”, apuntó Garaña. “Si hay algo positivo que se pueda sacar de esta crisis económica es la capacidad de reflexionar, de volver a discutir los fundamentos de las cosas. La innovación ha dejado de considerarse un gasto para muchas empresas, a asumirse como una palanca necesaria para la productividad”, concluyó la presidenta de Microsoft España.
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